La intempestiva decisión de José Mazzei, responsable de la Subsecretaría de Protección Civil y Gestión del Riesgo de la Provincia, de interrumpir el transporte público de media y larga distancia en horarios nocturnos, quedando limitado a transitar solamente en el horario de 8:00 a 22:00, generó una fuerte polémica.
Empresarios del sector turístico y cámaras empresariales, reclamaron contra la medida entendiendo que perjudicaba a ese sector de la economía en plenas vacaciones de invierno.
Autoridades de los municipios se hicieron eco de esa preocupación. Por ejemplo, el intendente de Trevelin, Héctor Ingram se comunicó con autoridades de primera línea del Gobierno Provincial, solicitando se revea la medida.
La presión llegó a Rawson de tal forma que “obligó” al gobierno a “bajar” al ministro de Turismo, Leonardo Gaffet y al propio Mazzei para reunirse con el empresariado de Esquel y Trevelin.
A partir de esa reunión, el Subsecretario de Protección Civil y Gestión del Riesgo de la Provincia, como si aquel riesgo que lo llevó a tomar una medida extrema, hubiera desaparecido por arte de magia, dio marcha atrás y habilitó el transporte en horarios nocturnos anunciando que las empresas deberán tener en sus vehículos teléfonos celulares, pero que ello no será de inmediato.
¿Se apuró Mazzei y decidió sin evaluar todas las opciones?.
Si la temporada de nevadas y heladas comenzó en junio, ¿por qué esperó hasta el inicio de las vacaciones de invierno?.
¿Es real el peligro y por la presión de los privados se pone, ahora, en riesgo a los pasajeros?.
Sea cual fuera la respuesta a estas preguntas, lo que queda en evidencia es un grado de improvisación que asusta. Algo que en su momento fuera planteado por dirigentes bomberiles en situaciones extremas en otros puntos de la provincia. Y algo que afirma el propio personal de su área cuando los micrófonos están apagados.
Mazzei, más que “gestionar el riesgo”, con este tipo de decisiones, termina afectando la credibilidad sobre un organismo que en situaciones de emergencia debería ser el que le de confianza al ciudadano de estar cuidado.
Extraña la provincia a un hombre como Evaristo Melo, quien le supo dar a Defensa Civil (así se llamaba entonces), jerarquía y profesionalismo.
Tan sólo en Esquel, aquel organismo llegó a tener una planta de personal que superaba la docena, equipada con vehículos acordes y capacitado en los distintos rubros para los que pudieran ser demandados.
Hoy, a aquella delegación, pareciera que le pasó un huracán que se llevó consigo la sala de comunicaciones; la oficina administrativa, una oficina de operaciones donde estaban los recursos necesarios para dar respuestas en emergencias.
Sólo quedan tres empleados (uno de ellos adscripto de otro organismo) y que no hacen otra cosa (por órdenes jerárquicas y no por falta de interés o capacidad) que recabar la disponibilidad de combustible en estaciones de servicio y bajar las alertas meteorológicas.
El huracán se llama Mazzei
Lo reconoce él cuando, hablando de las potenciales situaciones en la comarca andina, responde que “nosotros no tenemos la capacidad de respuesta”.
Hoy es tan desprolijo todo que, el propio Gobierno Provincial que anunció a través de sus órganos de prensa la medida de no habilitar el transporte nocturno de pasajeros en rutas chubutenses, 24 horas después (al momento de escribir este artículo), todavía no informó a través de esos mismos medios que aquella medida ya no está vigente.
La ciudadanía chubutense, y en este caso la cordillerana, necesita mucho más que eso.
