Juntos por el Cambio: «Las ideas te las debo»

Marcelo Sosa Pacheco

La última semana, la derecha impuso como tema de agenda una foto tomada en la residencia presidencial de Olivos, en la que un grupo de personas, entre ellas el presidente Alberto Fernández y Fabiola Yañez, su compañera, compartían una celebración íntima . La foto, o mejor dicho lo que ésta refleja en el marco de las medidas sanitarias preventi vas de covid-19, es absolutamente cuestionable repudiable. Es cierto. Como también es cierto que la comunicación oficial del Gobierno Nacional, incluido el pedido de disculpas de Fernández, ante una situación que lo interpela, no fueron buenos.

Dicho eso, es también preocupante el hecho de que la oposición base hoy este tramo de la campaña preelectoral en solamente esa foto.

En principio porque suena básicamente a hipocresía. Que la propia dirigencia del PRO y la UCR se sienta enojada por esa reunión cuando por aquellas horas organizaban, promocionaban y eran parte de multitudinarias marchas en contra de las medidas sanitarias, es estúpido o perverso.

Aunque no es sorpresivo ni nuevo. Es la única estrategia que hasta ahora ha mostrado la derecha. La misma oposición que denunciaba por envenenamiento al gobierno por las vacunas, luego fue la que exigía más vacunas. La misma oposición que negaba la pandemia y hablaba de “genocidio económico” es la que luego usa la cantidad de muertos como ariete en contra de las políticas sanitarias del Gobierno.

Pero más allá de la falta de escrúpulos, coherencia, solidaridad, empatía y sentido común de la oposición, lo que más denota el uso de esa foto es la falta de ideas en la derecha argentina.

El fracaso notorio e inocultable de las políticas (neo) liberales del  macrismo y aliados, y la ya profusa evidencia de las violaciones a las leyes por parte de la mayoría de sus integrantes, como por ejemplo tareas de inteligencia ilegal; negociados espurios; la mesa judicial; causa peajes, correo; endeudamiento con el FMI (la lista es larga), parece haber terminado con la capacidad de generar propuestas que mejoren o sean alternativas a las políticas del actual gobierno de Alberto Fernández.

Vacía de contenido, la oposición hoy atraviesa una crisis que parece destinada a fagocitar a su propia dirigencia. Allí está el motivo de una guerra interna caníbal y a veces vergonzosa, como la que tiene por escenario a la ciudad de Esquel, por un espacio en las listas legislativas. La lectura que hacen esos dirigentes es que volver al poder en 2023 les va a resultar muy difícil tras haber dejado a la Argentina como tierra arrasada durante la presidencia macrista.

La campaña para la oposición es una foto. Las ideas, como dijo el líder de esa oposición “te las debo”.