noticiasfinal

Adiós al Papa argentino

papa francisco

POR HERNÁN MERCERE. PERIODISTA

Difícil será que volvamos a tener un Papa argentino. La verdad, es mucho más probable que consigamos otra estrella mundialista antes de que eso vuelva a pasar.

Crecimos con papas italianos, polacos o alemanes. Nunca se nos cruzó por la cabeza que alguna vez habría un Papa americano… y menos argentino, porteño y tanguero como lo fue Mario Bergoglio.

Bergoglio no eligió ser el II, el VI ni el XXIII, como tantos otros. Eligió ser el primero. Francisco. En honor a San Francisco de Asís, el de la paz y la pobreza, el que abrazó la sencillez como forma de vida. Y ese gesto dijo mucho de él.

¡Qué grande habrá sido Francisco! Que nos puso otra vez en el mapa en un momento en que, más allá de Messi, nadie afuera hablaba de nosotros con admiración.

Tan grande fue que logró que el Diego volviera a creer en la Iglesia. Lo abrazó con ese amor tan fraternal como argentino, después de años de distancia, después de sentirse decepcionado por una Iglesia que lo elogiaba con palabras pero no lo acompañaba en los hechos.

Y no solo eso. Francisco supo hablarle a los jóvenes. Los invitó a meterse, a no quedarse al margen, a “hacer lío”. Y eso, viniendo de un Papa, fue una revolución. Nosotros veníamos de misas en latín y silencio respetuoso. De repente, él decía que había que moverse, involucrarse, cuestionar.

Tan grande fue que nuestros últimos presidentes, casi todos, arrancaron su relación con él a los tropiezos. Y sin embargo, hoy lo despiden con congoja. Porque entendieron —aunque sea tarde— la dimensión de este hombre y lo que significó tenerlo tan cerca, aunque no haya pisado suelo argentino durante su papado.

Claro que nos dolió que no viniera. Pero también, si somos honestos, tenemos que reconocer que ese silencio fue una enseñanza. Un mensaje claro: aprendan a respetarse, dejen de pelearse por todo, maduren como sociedad. Nos dejó esa materia pendiente.

A Francisco le adjudicaron militancia política, como si el hecho de amar al prójimo y a los desvalidos no fuera la mejor de las militancias que un verdadero cristiano puede ejercer.

Hace poco vi el documental Amén, el Papa Francisco responde en Disney+. Ahí se lo ve hablando con jóvenes de todo el mundo sobre temas que hace unos años ni se nombraban en la Iglesia: aborto, feminismo, abusos, matrimonio igualitario. Dialogó sin levantar el dedo, sin juzgar, con una mente abierta que por momentos parecía abrumada por los argumentos de quienes lo interpelaban, pero que nunca se cerró. Escuchó a todos: a una española que casi fue monja, a una colombiana madre y modelo en OnlyFans. Ese era Francisco.

Fue un Papa distinto. No vino a repetir fórmulas, vino a incomodar desde la ternura, a sacudir sin gritar. En un mundo que levanta muros, él eligió tender puentes. Nos enseñó que se puede defender una idea sin aplastar al otro, que se puede tener fe y al mismo tiempo dudar, preguntar, abrirse.

Se fue Francisco. Pero nos deja el desafío vivo: construir un mundo más justo, más humano. ¿Estaremos a la altura o miraremos para otro lado?

Facebook
Twitter
Email
WhatsApp

ACERCA DEL AUTOR

NOTAS RELACIONADAS

SE EL PRIMERO EN COMENTAR

Deja un comentario